lunes, 29 de septiembre de 2014

LAS TONTERÍAS DEL TALENTO





Hablamos una y otra vez del Talento, de su papel estratégico en la generación de valor de una empresa, del valor de las personas y muchas cosas más. Pero, ¿hasta que punto lo hacemos no sólo con convicción, sino también con una visión comprensiva del papel del Talento en las organizaciones?
Introduzcan “talento” en su buscador y comiencen a navegar por páginas….
De partida, ya encontramos un dato revelador si observamos las imágenes que se utilizan para acompañar a los textos: ejecutivos, traje y corbata ellos, pantalón o falda con chaqueta negra o de colores sobrios ellas, se adivinan estudios superiores y cargos de cierta responsabilidad, siempre felices como perdices.
Si entramos en los textos explicativos, abundan las referencias al liderazgo en cualquiera de sus versiones, los planes de desarrollo para directivos, las guerras del talento en términos de atraer a los mejores, reclutarlos, mantenerlos, mentoring, coaching y muchas cosas más.
Pero, ¿se imagina a un operario de la cadena de producción acompañado de su personal coacher?, ¿ a un encargado del almacén de material auxiliar siendo entrenado en habilidades de gestión de la incertidumbre?, ¿existe una guerra por el talento del personal de limpieza?
Parece como si esto del Talento no estuviera al alcance de cualquiera. Más bien parece reservado para aquellos que cursaron una carrera, quizás un master en esto y aquello, personas que tienen un futuro.
Hay muchas definiciones que explican qué entendemos por Gestión del Talento. Permítanme remitirme a una tremendamente funcional: La Gestión del Talento es conseguir tener a los mejores en el sitio exacto y en el momento preciso.
Pero, ¿quiénes son los mejores? Aquí cobran expresión lo que podríamos llamar las tonterías del talento.
En la mayoría de los casos, la Gestión del Talento tiene un sesgo individualizador. Hablamos del talento de los individuos, considerados como entes excepcionales dentro del estándar aceptable del conjunto de personas de una organización. A ello dedicamos todos los esfuerzos, desde una evaluación 360º exhaustiva a un profundo plan de carrera profesional pasando quizás por políticas de retribución variable. Pero siempre pensando en esa persona en concreto, desgranada del conjunto y, casi siempre perteneciente al club de los white – collar. Pero, siguiendo con la terminología anglosajona, ¿qué es de los red – neck? Si no se les reconoce la posibilidad de atesorar algún talento, es lo mismo que negarles el derecho a la inteligencia o lo que es lo mismo, piezas intercambiables de los procesos mecánicos de la organización. La tontería suprema reside en negar el valor real de esos procesos.
En fin, dejemos de hablar tan largo y tendido del Talento y comencemos por reflexionar sobre el carácter integral que debe tener toda intervención en su gestión. Los lideres sin compañía son habilidosos oradores del vacío interestelar. Las empresas sin talento corporativo son como un equipo de futbol de tercera regional con un fichaje multimillonario. Y las personas de una empresa sin derecho al talento son el paradigma de la infelicidad.


                                                                                        CELIA MIRALLES

2 comentarios:

  1. Me ha gustado la expresión "derecho al talento". Porque realmente lo que ha sucedido es que nos lo han robado.
    Un abrazo.

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  2. Hola Javier
    Gracias por tu comentario.
    Realmente es un derecho. Se habla mucho de derechos laborales pero este es casi existencial aunque tremendamente olvidado.
    Un saludo
    Celia

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